Las historias que encierra a
veces el arte popular pueden llegar a ser tan fantásticas como las mismas obras
que nacen a partir de ellas. Un gran ejemplo es lo que le sucedió a Pedro
Linares López, creador de los alebrijes, figuras hechas de diferentes tipos de
papel y pintadas con colores llamativos que representan a un ser imaginario,
generalmente en una combinación de varios animales, no sólo fantásticos sino
también reales.
El artista cuenta que una ocasión
que estaba muy enfermo, al borde de la muerte, soñó que estaba en un bosque donde
vió a estos seres que lo acompañaban en su camino de regreso a la conciencia, y
también escuchó a un grupo de criaturas que gritaban: ¡Alebrijes, alebrijes!,
y entonces comenzó a usar esta palabra para nombrar a las figuras que vio.
Cuando contó su sueño, vio que
nadie podía imaginarse cómo eran aquellos burros con alas, o las serpientes de
grandes fauces, crestas y patas de gallo, así que decidió elaborarlos y
bautizarlos con el nombre que tuvieron en su sueño, “alebrije”. Aprovechando su habilidad de cartonero, Pedro
tomó un pedazo de papel y moldeó esas figuras, las pintó igual que como estaban
en sus sueños. El artista decía al recordarlo, “estos animales que yo hago
están muy bonitos, aquellos otros eran horrorosos, mucho pior”.
Su éxito despegó cuando una galería de Cuernavaca le compró varias piezas.
La suerte quiso que Diego Rivera y Frida Kahlo las vieran. Los artistas
quedaron muy sorprendidos con aquellos animales de caras grotescas,
delicadamente esculpidos y pintados con complicadas tramas y vibrantes colores,
y le encargaron varias piezas que hoy todavía se pueden ver en la Casa Azul.
Una versión distinta a la arriba
relatada habla sobre el pintor mexicano José Antonio Gómez Rosas, apodado El
Hotentote, que a su paso por la Academia de San Carlos, en donde se
organizaba anualmente un baile de máscaras, se le pidió una serie de
telones, por lo que encargó a su cartonero Pedro Linares que hiciera una nave y
un alebrije. Ante esta petición, Linares le preguntó al pintor cómo hacerlo, a
lo que éste le contestó: toma un Judas y ponle cola y alas de murciélago. En las pinturas de El
Hotentote frecuentemente aparecen figuras zoomorfas y fantásticas, en las que se
combinan partes de reptiles, aves, anfibios, insectos y mamíferos, al igual que
diferentes épocas y estilos.
En 1990, dos años antes de
fallecer a la edad de 86 años, Pedro Linares recibió el Premio Nacional de
Ciencias y Artes por su gran trayectoria artística. Hoy sus hijos y nietos
continúan con la tradición.
Foto: Greeki
Es así como Pedro Linares López aportó una invaluable creación al arte mexicano y a las mismas
tradiciones populares.
En Café Café Artesanías encontrarás hermosas y coloridas piezas representativas de este arte popular. ¡Te invitamos a conocernos!
Fotos: Angie Vázquez
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